Nos apasiona tanto la música que, llegado el momento no deseado, se nos muestra hasta como último resguardo, un recurso que siempre ofrece cobijo cuando el resto fallan. Los pies en la tierra, aquí no hay lugar a efectos místicos, sino al inmenso poder que demuestra como una de las mejores formas de canalizar y expresar emociones. En mi caso, lamentablemente, tiempo hace desde que lo que realmente me conmueve son canciones de carácter íntimo. ¿Mis listas más repetidas? Las de tónica más emocional. Que me agarro a algún instrumento... y siempre termino resaltando los acordes menores. Ya quisiera yo limitarme a cantar y moverme alegremente, pero me viene faltando el ánimo como para reflejarlo en forma de rock´n roll.
Que aquí a nadie le gusta la medicina, pero realmente no sé que sería de uno sin ella. Así que os dejo con una de mis prescripciones habituales:
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