29 ene 2012

Me falta pista de baile: selección bailonga

La música te puede transmitir sensaciones y emociones de formas muy diversas. Desde la sensibilidad y profundidad que puede transmitir una canción lenta a la energía de sonidos potentes y rítmicos que sirven bien tanto para el éxtasis como para la catarsis. Todo depende del instante, habiendo un abanico de estilos lo suficientemente amplio como para poder adaptarte a las circunstancias de cada momento. Dicho esto, muchos creemos que uno de los propósitos esenciales de la música es, como no puede ser de otra manera, el puramente lúdico. Música para distraerse, para disfrutar y pasarlo bien, que le incite a uno a moverse.


Es obvio que existe un abanico amplio de estilos y suficiente música de calidad para ello. Aunque mucha gente, haciendo gala de ignorancia, crea que para mover el culo sea necesario renunciar a ella. De manera que las pistas de baile de toda la geografía se han convertido en exponentes del mal gusto, lugares donde se promociona música basura. Hecho que no se debe tanto a una falta de oferta musical, sino más bien al conformismo de un público que entiende que es más sencillo moverse al ritmo del producto prefabricado que le dicta el momento que elaborarse un criterio propio y buscar el movimiento en productos más elaborados.

Entre los estilos en que me manejo puedo hacer una selección extensa de canciones muy válidas para la pista de baile. Desde los clásicos del rock n´roll al pop-rock sixty, pasando por el rockabilly o el surf  (tanto de corte clásico como de corte más moderno), el groove de músicas negras como el soul, el funk, el funk- jazz instrumental o el boogaloo (la mezcla de ritmos latinos, jazz y músicas negras) el glam rocanrolero, el trip-hop, el rock electrónico y un  sinfín de ejemplos. En definitiva, que quien se conforma con menos es porque quiere. 

Me despido con un gran ejemplo de elegancia y groove:


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