Estos gentlemen del rock dejaron impresionados por su descarga en la pasada edición tanto a fanáticos como a quienes no les conocían.
Acaban de avanzar nuevas incorporaciones a la nueva edición del Sonorama. Probablemente, y si no tuviera nada que ver con la Ribera del Duero no me hubiera dejado caer por allí en Agosto, pero tengo familia y techo, lo cual facilita el enlace. Y digo probablemente porque aunque me gusten muchos de los grupos que actúan y mi melomanía me haga emocionarme en nada que veo tres instrumentos sobre un escenario, el estilo predominante no es mi predilecto. Por mera cuestión de gustos prefiero el Azkena Rock Festival, festival pureta por excelencia que permanece impermeable a las tendencias que dicta la moda en su periódica descarga de sonidos rockeros. El caso es que una vez que una vez me he dejado caer por allí puedo resaltar con algo de fundamento aspectos que considero positivos y algún otro mejorable.
Empezando por lo más negativo. Y es que me cansa ver que pasa lo que pasa en la mayor parte de festivales de moda. A los típicos Love of Lesbian (por poner un ejemplo extensible a otros) subidos en el escenario año tras año. Cansinez. Aunque sea difícil no pecar en este sentido cuando es necesario que la balanza salga positiva y se sepa a ciencia cierta que, al fin y al cabo, lo que mueve masas es la sota, el caballo y el rey.
Fuel Fandango haciendo temblar la plaza.
Acaban de avanzar nuevas incorporaciones a la nueva edición del Sonorama. Probablemente, y si no tuviera nada que ver con la Ribera del Duero no me hubiera dejado caer por allí en Agosto, pero tengo familia y techo, lo cual facilita el enlace. Y digo probablemente porque aunque me gusten muchos de los grupos que actúan y mi melomanía me haga emocionarme en nada que veo tres instrumentos sobre un escenario, el estilo predominante no es mi predilecto. Por mera cuestión de gustos prefiero el Azkena Rock Festival, festival pureta por excelencia que permanece impermeable a las tendencias que dicta la moda en su periódica descarga de sonidos rockeros. El caso es que una vez que una vez me he dejado caer por allí puedo resaltar con algo de fundamento aspectos que considero positivos y algún otro mejorable.
Empezando por lo más negativo. Y es que me cansa ver que pasa lo que pasa en la mayor parte de festivales de moda. A los típicos Love of Lesbian (por poner un ejemplo extensible a otros) subidos en el escenario año tras año. Cansinez. Aunque sea difícil no pecar en este sentido cuando es necesario que la balanza salga positiva y se sepa a ciencia cierta que, al fin y al cabo, lo que mueve masas es la sota, el caballo y el rey.
Fuel Fandango haciendo temblar la plaza.
Pero hay otros aspectos que distinguen a este festival. * Empezando porque a pesar de lo anterior siguen manteniendo una seña de identidad en el empeño de promocionar la música que se hace en el territorio nacional. En ese sentido la apuesta de grupos nacionales suele ser más extensa y variada que en otros festivales. * Continuando porque aunque predomine el indie han mantenido la horquilla de estilos un poco más estirada que sus competidores, enriqueciendo el cartel con contribuciones de otros estilos como el soul (hace dos años Soul Tellers y este año The Pepper Pots), el rock más clásico (Loquillo hace dos años, Jose Ignacio Lapido y Sex Museum el anterior, Los Enemigos en la edición presente), etc. Y último y muy importante: * por la fiesta que se monta en el centro de Aranda de Duero. La gente suele ir sin saber nada acerca de esto y sale considerando que es el aspecto que aporta mayor valor añadido. Ya sabemos lo que ofrece un festival en su recinto, con conciertos de la tarde a la noche y, en el caso, el pertinente cierre con DJ´s. En esto todos se asemejan. Lo que no suele ser habitual es empezar el día de buena mañana con unos pinchos y vinos en el centro y en las bodegas subterráneas de Aranda, continuar con los diferentes conciertos matutinos que ofrecen en las plazas del pueblo (donde los grupos -no solo noveles- se pueden ganar la participación en el escenario principal) y extenderlo hasta que se agotan las fuerzas a lo largo de la tarde. Vuelve al recinto del festival, a sabiendas de que cuando terminen los conciertos puedes volver al centro a la zona de bares y encontrar sus calles llenas de gente. Es lo que tiene tener que compaginar el ritmo normal de un festival, que ya es duro de por si, con el ritmo festivo ribereño, caracterizado por la vida y la fiesta en la calle en todo momento y el buen comer y beber. Al final lo peor de todo es que, por muy entrenado que estés, se hace difícil sacar horas de descanso entre tanta tentación.
También se fomenta el deporte con competiciones de alto nivel deportivo, si.
También se fomenta el deporte con competiciones de alto nivel deportivo, si.
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