31 oct 2012

Un buen día lo tiene cualquiera


Nos apasiona tanto la música que, llegado el momento no deseado, se nos muestra hasta como último resguardo, un recurso que siempre ofrece cobijo cuando el resto fallan. Los pies en la tierra, aquí no hay lugar a efectos místicos, sino al inmenso poder que demuestra como una de las mejores formas de canalizar y expresar emociones. En mi caso, lamentablemente, tiempo hace desde que lo que realmente me conmueve son canciones de carácter íntimo. ¿Mis listas más repetidas? Las de tónica más emocional. Que me agarro a algún instrumento... y siempre termino resaltando los acordes menores. Ya quisiera yo limitarme a cantar y moverme alegremente, pero me viene faltando el ánimo como para reflejarlo en forma de rock´n roll. 

Que aquí a nadie le gusta la medicina, pero realmente no sé que sería de uno sin ella. Así que os dejo con una de mis prescripciones habituales:







11 oct 2012

Cuentos de crisis: hemos vivido por encima de nuestras posibilidades


Lo mejor de la indignación es que a veces resulta estimulante. Las líneas que siguen han surgido como reacción inmediata tras ver el Salvados del 07/10/2012: Viva SpanienLo recomiendo en sí mismo y para contextualizar y entender mejor la reacción que sigue.
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Desmintiendo mitos

Comienzo haciéndome eco de la narrativa ortodoxa sobre la crisis, desplegada de norte a sur, aunque a base de repetición haya terminado cuajando también por estas latitudes: hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y ahora estamos teniendo un necesario choque de realidad, poniendo los pies en el suelo. Hemos pecado, hemos sido irresponsables y debemos pagar por ello, se hace entender desde una concepción política y económica de influencia cristiana impulsada principalmente por la figura de la canciller alemana.

La verdad es que no estoy por la labor de presumir de comportamiento modélico cuando en este país nos excedimos en una vorágine de consumo desmedido, sosteniéndolo en el endeudamiento en la medida que se hacía necesario. Y es que quien no tenía un buen coche, un teléfono de ultimísima generación, se metía en una hipoteca o se gastaba 100 euros en copas todos los fines de semana era poco menos que un pringado. Pero si eso fue posible era porque efectivamente había posibilidades reales: las que ofrecía el crédito. Posibilidades a las que alentaba todo el sistema en su conjunto y que ofrecían de forma muy interesada las entidades financieras. Posibilidad que llevó consigo al endeudamiento de particulares y familias. Y así fue, como sin serlo, nos creímos efectivamente ricos. Y por ello es por lo que deja de cuadrar la maldita frase tópica del título, por manida que esté.


Algunos diagnósticos

En definitiva, resulta que aquí en su día casi todos se beneficiaron y animaron a ello, hasta convertir en una especie de antipatriota a aquellos que desafiaran un modelo de comportamiento basado en un consumo ostentoso. El consumo era el motor de la economía y nadie quería pensar en poner frenos a nada bajo ningún concepto, especialmente en el mercado inmobiliario. No existía prácticamente debate al respecto, y quien se atrevía a cuestionar tal senda estaba condenado a la marginalidad o a un desprecio respaldado por un amplio consenso. Resulta que ahora, después de todo, los mismos que alimentaron ese panorama se atreven a señalar a los ciudadanos por haber hecho caso de lo que ellos mismos pregonaban.

Entre tanto es de justicia resaltar algo: los ciudadanos deben efectivamente asumir su parte de responsabilidad. Su comportamiento distó mucho de ser ideal, y  tan absurdo como ignorar presión alguna resulta creer que estamos totalmente coaccionados para dejarnos seducir por esa avalancha de consumo y endeudamiento. Una responsabilidad que, por otro lado, dista mucho de la de las entidades financieras, por motivos como los que siguen.

Y es que, por denostados que estén ahora, la función de los bancos es esencial. Canalizan los ahorros de unos, a quienes les sobran recursos, y se lo prestan (con un determinado interés) a quienes carecen de los suficientes, de manera que posibilitan que el dinero circule y que quienes no tienen suficientes recursos puedan disponer de ellos para invertir, innovar o emprender proyectos. Primera función básica, que sirve para dinamizar la economía, crear empleo e incluso para promover la movilidad social. Es su segunda función esencial la que se ha descuidado en mayor medida: la gestión del riesgo. Es decir, para llevar a cabo la primera tarea, el banco debe valorar también de forma previa y minuciosa a quien presta el dinero y a quién no. De ello depende el éxito o fracaso de sus operaciones y lo positivo o negativo del impacto que la actividad que promueve genera en la sociedad. Bien pueden prestar a quienes tienen un perfil solvente y capacidad potencial de aportar mejoras a la sociedad con sus proyectos como a quienes demuestran lo contrario, careciendo tanto de competencias y potencialidades como de solvencia. En la medida en que rebajaron los criterios de emisión de crédito y se éste se dirigió de forma masiva hacia sectores de la población que encajan mejor en el segundo grupo se permitió que se extendieran deudas entre agentes que más tarde no han podido hacerles frente, llegando por ello a comprometer la salud financiera de las propias entidades (y más tarde en extensión de la economía en su conjunto, como viene pasando).

Es esta segunda función la que se ha dejado más de lado, descuidando el necesario control en pro de un mercado financiero y de crédito mucho más desregulado, que permitía la generación de riqueza por una vía mucho más rápida y menos costosa: a través de la compra-venta-compra-venta (amplíe el círculo tanto como quiera) de activos de deuda entre unas entidades y otras y de la acumulación de las plusvalías generadas en cada operación en base a los intereses como método de acumulación de dinero. Además de favorecer la concentración de riesgos al concentrar un peso excesivo de su actividad en el sector inmobiliario.

A pesar de todo, los ciudadanos no pueden eludir su parte de responsabilidad en tanto que se inmiscuyeron en esa vorágine de consumo y endeudamiento. Ciertamente se podía haber actuado de forma más responsable. Ni es necesario que todos tengamos un coche de gama alta, ni que todos tengamos que emanciparnos en régimen de propiedad ni ningún otro lujo similar. De hecho es bastante estúpido, y desde luego que hay alternativas (¡alquiler!), al igual que había y seguirá habiendo gente con otras preferencias e inquietudes. Pero la responsabilidad de las entidades financieras asciende de la moral particular a otra de nivel institucional. El ejercicio de valoración de riesgos al ofrecer crédito no corresponde a los ciudadanos, sino que es parte de la función institucional para la cual están concebidas las entidades de crédito. Y es por ello por lo que, a pesar de todo, el peso de la culpa no puede más que decantarse en una medida desproporcionada del lado de estas instituciones.


La resolución del problema

Tras ello, la agenda política ahora está marcada por el empeño particular de Alemania y general de Europa de seguir las recetas de austeridad y reformas para lograr los necesarios ajustes de cuentas de los Estados con problemas. ¿Cómo pueden persistir en tal empeño a pesar de demostrarse, tras la experiencia de años bajo su aplicación, que están resultando fallidas? Hasta los mismos organismos que las impulsan, como el FMI, reconocen a día de hoy que están teniendo efectos devastadores sobre la economía en forma de retroceso de la actividad y del crecimiento económico. ¿Con qué legitimidad pueden seguir dando lecciones todos aquellos que garantizaban con altanería que este era el único camino adecuado y posible? La ecuación es sencilla: gran parte del dinero prestado a particulares en España e invertido en un sobredimensionado sector inmobiliario provenía desde bancos alemanes (y de otros lugares del centro y norte de Europa), por lo que mantienen como prioridad absoluta el hecho de asegurar que ese dinero vuelva a sumar en sus balances. Los bancos alemanes dirigieron grandes cantidades de crédito barato hacia bancos españoles (favoreciendo el alto endeudamiento y la creación y sostenimiento de la burbuja), y estos a su vez a los ciudadanos y las familias de nuestro país. Si tal proceso derivó en la generación de una enorme deuda privada, y esto ha generado después un problema de falta de liquidez por parte de los bancos es debido, simple y llanamente, a un problema de mala gestión empresarial. A que prestaron dinero muy a la ligera y en tantísimos casos a las personas y sectores menos adecuados. Si el dueño de cualquier empresa o negocio privado lleva a cabo una mala gestión pagará inexorablemente con las consecuencias de la misma, excepto en el caso que nos ocupa. Esto no es así en la medida en que se está haciendo pagar al Estado (a todos los ciudadanos) por la mala gestión de las mismas. El Estado tuvo que salir al rescate de empresas (financieras) mal gestionadas, incrementando a raíz de ello notablemente su nivel de endeudamiento (que era más bajo que el de países como la propia Alemania, por cierto). De ahí ahora el empeño en sanear las cuentas de un Estado arruinado, porque en un ejercicio de agudeza y cinismo se ha llegado a imponer además que sea el mismo Estado quien avale y garantice si es necesario el pago de las deudas que contrajeron bancos y entidades financieras. Y para ello, lógicamente, el Estado debe de contar con el dinero suficiente en sus cuentas, alejándose de la presente situación de déficit. De ahí la necesidad de que paguemos ahora si hace falta hasta con recortes en servicios básicos, llegando a incrementar con ellonotablemente hasta las tasas de pobreza y desigualdad. Y, en última instancia, la necesidad de rescate que ahora se baraja, con el fin de garantizar como sea que esa parte del dinero que sirvió para alimentar esta crisis años atrás vuelva de nuevo en dirección norte hacia casa.

Ni siquiera es libre mercado. Es que es aun peor.



PD. El vídeo termina con una reflexión que refleja otro dilema muy candente en los debates sobre el mercado de trabajo: la supuesta necesaria elección entre una situación en la que predominan unas altas tasas de desempleo (como la de España) u otra con unas tasas menores pero una con una mayor preeminencia de empleo de peor calidad (el reciente caso alemán o el paradigma clásico de los Estados Unidos). Desde una perspectiva liberal se suele abogar por lo segundo, argumentando que cualquiera preferiría tener un minijob, trabajo parcial o trabajo precario antes que nada, por lo que se precisa favorecer una mayor flexibilidad. De hecho, según se plantea el esquema hasta yo me daría por convencido. El problema viene si valoramos que tal esquema puede resultar en exceso maniqueo. Es digno negarse a ser tan conformista, a rebajar tanto las expectativas de lo posible y no concebir otra alternativa que vaya más allá que la de converger con marcos laborales más propios de países en vías de desarrollo. Décadas y años atrás hemos vivido (algunos países lo siguen haciendo de hecho, no es materia de utopía) experiencias de empleo mejores, con trabajos más seguros o mejor remunerados. Asumir ahora, con la posibilidad que brinda todo el extenso desarrollo tecnológico acumulado, que eso no es posible y que no podemos ser más productivos suena a cuento chino (nunca mejor dicho). Me lleva a pensar que seguramente la realidad diste mucho de que no se pueda generar suficiente riqueza y trabajo para una mayoría, considerando mucho más plausible la hipótesis que dicta que el problema puede radicar en cambio en que éstos estén distribuidos de un modo muy desigual. Con todo, cuesta no concebir otra alternativa al esquema planteado. Otra cosa es que haya intereses de por medio.

31 may 2012

Del norte de España a la costa americana: Smile y The Fakeband

Si el concierto de Smile que presencié el año pasado no entra en mi top five no es por su falta de mérito sino porque el ambiente no acompañaba, ya que era muy poca la gente que poblaba el Garcilaso toledano aquella noche. Pero la suerte no solo juega malas pasadas, y yo esa noche me acerqué a la sala sin conocer nada del grupo en cuestión. Y me encontré con uno de los directos más impolutos que he visto nunca. Uno de esos conciertos que convencen de lleno a uno, que le hacen jurar fidelidad y amor eterno al estilo. La banda muestra un sonido perfectamente equilibrado, en el que se distingue a la perfección el quehacer de cada uno de sus instrumentistas. Nada que ver con el tipo de concierto de rock que tanto se prodiga, en los que  muros de distorsión y volumen no permiten apreciar la particularidad y el sonido de cada instrumento, con un resultado más turbio de lo deseado. Adornan con una amplia instrumentación -guitarras, muchas guitarras, tanto eléctricas como acústicas, ukeleles, banjos, armónicas...- y unos coros precisos un rock fino (que se mueve entre el folk rock y la americana), elegante y vivo. Ellos siempre reivindican el surf y motivos veraniegos y playeros, y logran transmitir muy bien a través de sus melodías alegres y sus letras un mensaje cálido y fresco.


Un flechazo el de aquella noche. No podía esperar al día siguiente para buscar y hacerme con su música. Sabía que tenía nuevo material en bruto con el que saciar mi melomanía. Y en esas sigo, aunque en la grabación se pierda la calidez que el grupo aporta en el directo. Me parece a fin de cuentas un ejemplo de manual que refleja el tópico (en este caso real) del grupo que gana enteros en directo. Un ejemplo paradigmático también de banda subestimada: me dolía en el alma que un proyecto tan grande como el que presencié aquella noche quedara reservado para el deleite de los escasos incondicionales a la música de siempre.



Meses después leí acerca de un proyecto en el que andaba metido alguno de los componentes de Smile, así que tal aval fue suficiente para interesarme por lo que hacían esos tales The Fakeband. No voy a repetirme en etiquetas, ya que aunque estoy en las primeras escuchas creo que la tónica es muy similar. Podría referirme a The Band, a Grateful Dead o a tantos otros, porque de verdad que parecen sacados de las profundidades de américa. Pero no, son representantes de lo que ha llegado a denominarse como Getxo sound, que nos transporta con unos pocos acordes y melodías del norte de España a las costas americanas.



Alegres ambos. Muy disfrutables. No muy conocidos pero totalmente recomendables.

PD- Smile están a punto de sacar nuevo material. De hecho acaban de adelantar un primer videoclip, y ya han anunciado que en medio mes estará disponible el resto. Espero volver a verles pronto, y que esta vez sea mayor la compañía frente al escenario para hacer que la siguiente experiencia sea aun mejor que la primera.

14 may 2012

Luces y sombras del 15M (y del conocimiento)

Me apetece mojarme hoy con un tema de rabiosa actualidad política. Ni más ni menos que con uno que afecta tanto a las diferentes sensibilidades como lo hacen las movilizaciones del 15M. Vengo encima para expresar impresiones minoritarias, que no pueden tener la mejor acogida ni por parte de quienes se aferran a sus lemas bajo capa y espada ni tampoco y de forma lógica por parte de quienes repulsan cualquier forma de expresión de crítica y disidencia. Definitivamente, hoy no he venido a hacer amigos.


Este año me pilla en el extranjero y en frío, pero si he de reconocer que el año pasado lo viví de forma presencial y con mucha ilusión. Puedo empezar por tanto haciendo referencia a las luces que veo en el movimiento. Empezando por la más primaria, esto es, el hecho de que ante una situación de regresión social tan intensa como la actual (con unas tasas de desempleo tan infladas, con gran parte de la responsabilidad de la crisis señalada en los usos y abusos de las altas esferas políticas y económicas, sumado a los continuos recortes en derechos sociales hasta ahora concebidos como fundamentales) cualquier expresión de rechazo y movilización es de antemano bien recibida. Siguiendo por el mero hecho de que compartía y comparto aún muchas de las ideas que allí se expresan, aglutinadas bajo el grueso paraguas de la conciencia por una mayor justicia social. Y terminando por la importancia que tiene el hecho de que hayan extendido a los medios de comunicación de masas y la opinión pública las discusiones sobre temas socioeconómicos de máxima relevancia para poder entender el funcionamiento de nuestro mundo (el funcionamiento de la banca y el sistema financiero, el origen de la crisis y la burbuja inmobiliaria, el problema de los desahucios y un largo etcétera).

Y como sobre las razones y los acuerdos hay más escrito a mí me gustaría aportar también algo de crítica al movimiento, a pesar de lo cuidadosa que debe resultar la generalización dada la gran heterogeneidad del mismo. Pero la convivencia en el lugar y el examen más pausado de las causas me ha hecho ir percibiendo también ciertos puntos de desacuerdo. Sin tener duda alguna de que la mayor parte de las almas allí movilizadas están motivadas a ello por buenas intenciones creo oportuno recordar también que éstas no son suficientes a la hora de elaborar buenas políticas o siquiera diagnósticos y propuestas acertadas. En muchos casos y aun partiendo de esa base se llega a la defensa de posiciones y postulados en extremo simplistas, que no se hacen eco de forma realista del estado de las cosas, ya que éste no responde usualmente a los esquemas maniqueos (los buenos frente a los malos, lo blanco frente a lo negro) tantas veces proclamados. La realidad es mucho más compleja, con numerosos matices y profundizaciones necesarias que escapan al dibujo de la realidad expresado únicamente bajo lemas y consignas. Esto ha hecho que en ocasiones haya tenido que tomar cautela y distancia respecto a posiciones que contaban en principio con mi acuerdo al observar que únicamente se sostenían a través de la repetición continua de los mismos tópicos y lugares comunes. A sabiendas además de que a la mínima que intentes sobreponerte a ellos en una discusión corres el riesgo de ser rápidamente etiquetado con algún adjetivo en su sentido peyorativo. Y es que cada vez me dan más miedo quienes expresan una seguridad absoluta en sus planteamientos e ideas. Frente a ello sigo confiando en la inseguridad, la virtud de la duda como arma para el conocimiento y que se enfrenta a la imposición de ideas y la cerrazón ante perspectivas diferentes. Resaltando el poder de estar abierto a la reflexión y la crítica, a la posibilidad de rectificar y aprender de los errores e ir haciendo un ejercicio reflexivo continuo que te permita ir posicionándote a medida que vas aprendiendo.

En ese sentido son muchas las veces que he repetido que no tiene que ver (y es necesario diferenciar) lo que es el espíritu crítico de lo que es una actitud criticona. El espíritu crítico no se sostiene en la mera crítica como fin en sí mismo, como muchos piensan, sino que ésta debe quedar respaldada por el peso de la razón y la reflexión, precisando de un examen de las razones y causas muy elaborado y medido. Y de esto último he visto que algunas veces en las plazas se ha carecido. Cuando en otro orden de cosas he podido hasta observar como a cierta parte de los movilizados lo que les mueve es el gusto por movilizarse no tanto como medio de crítica en el sentido mencionado, sino que en algunos casos responde incluso como ejercicio recreativo. Que al igual que hay a quienes nos apasiona ir a ver conciertos hay otros tantos a quienes lo que les va es irse de mani de forma más o menos rutinaria. Cada uno tiene sus gustos y la opción de cada uno suele ser perfectamente legítima. Creo incluso que en cierta medida puede ser razonable combinar el aspecto crítico y reivindicativo de una movilización con otro, en consecuencia y no como fin, más lúdico. No vería en ello problema alguno si no fuera porque pienso que en el momento en el que un elemento de crítica (como debe ser una manifestación) se convierte en excusa recreativa o de ocio ésta puede perder su razón y sentido más integro.

En otro sentido, me cuesta entender que un movimiento supuestamente emancipatorio caiga tan a menudo en el tópico y el estereotipo. Por ejemplo, creo que quienes peor favor pueden hacer a la noble causa feminista son quienes creen que para serlo (o aparentarlo) ciertamente se obtienen puntos en la medida en que te elabores cierto peinado o vistas de una forma determinada. Lo mismo para quienes creen que un buen indicador del nivel de crítica puede apreciarse en lo desaliñado del aspecto de cada uno. En definitiva, cuando en su funcionamiento cotidiano interfieren y toman fuerza decisiva elementos superficiales y referidos al aspecto frente a los elementos intelectuales y sustantivos referidos a los objetivos de igualdad y mayor justicia social. Huelga decir que cualquier elemento superficial y centrado en la apariencia debería resultar indiferente a cualquier colectivo que se pronuncie en pro de algún tipo de liberación. Y esto, a día de hoy y en un ambiente en el que los estereotipos están profundamente marcados, sigue siendo una asignatura pendiente.

Por no habar del lugar que han tenido en su seno el reiki, las bioenergías y demás pseudociencias de corte buenrollista que suponen un ataque directo a una razón analítica tan necesaria para el examen crítico de las causas y consecuencias de los fenómenos en cuestión. Aquí enlazo directamente con otro de los puntos con los que me distancio de forma nítida de parte de los sectores que conforman el movimiento (y digo parte porque sé a ciencia cierta que hay otros tantos que no pecan de lo mismo): el del recelo y descreimiento habido hacia la ciencia. Durante mucho tiempo me he planteado qué es lo que puede hacer que tanta gente sienta tal desconfianza y recelo hacia el mayor proyecto de emancipación intelectual habido en la historia. Un par de lecturas recientes ("Por un giro analítico en sociología" y "Economía cuantitativa y extremismo político") han ayudado entre otras a sentar las bases de mi pensamiento al respecto, y es que el examen analítico y empírico de los fenómenos (en este caso sociales y económicos) procura un conocimiento más preciso y mesurado de la realidad, que en consecuencia se aparta de los prejuicios y supuestos de que hacen gala las ideologías en sus distintos extremos. Quienes reniegan de este tipo de generación de conocimiento lo hacen porque no es usual que la investigación logre respaldar supuestos extremos e inmutables, por lo que el ejercicio de análisis e investigación es un riesgo que pone de manifiesto la carencia de evidencia de los planteamientos fundados en ideas preconcebidas. Es en ese punto, en la medida que se contrapone a los intereses particulares de cada uno, es por lo que se les hace necesario denostar al cuerpo entero de la ciencia para volverse así impermeables a toda crítica. Es en definitiva la diferencia entre quienes trabajan y gustan de dedicar la mayor parte de sus esfuerzos en tratar de reafirmarse en sus planteamientos en vez de hacerlo en la búsqueda de un conocimiento más metódico, ponderado y abierto a la crítica y por ello más adecuado para lograr un acercamiento a un conocimiento más objetivo. Y éste es, hasta la vista, el gran problema que percibo en los movimientos sociales. Lo contrario es muy tentador, pero yo entre esas dos opciones y a medida que me intereso y doy más entidad a los dilemas políticos, sociales y económicos he terminado por decantarme por la segunda opción. Se sin embargo que quienes gustan de emociones políticas fuertes (quienes se toman la política como si fuera una cuestión deportiva o de colores) no sienten ningún interés por el tipo de soluciones más prudentes y mesuradas.

Si hay una razón que me motive especialmente a pensar así no es precisamente la falta de voluntad crítica sino todo lo contrario, y es que creo que ésta concepción es la que resulta verdaderamente revolucionaria. Usualmente se han apoderado del término "crítico" para designar el tipo de conocimiento que cumple únicamente con un requisito: que en su elaboración haya algún tipo de crítica, independientemente de la forma en que ésta sea abordada. Un "todo vale" en un tipo de conocimiento que rechaza una metodología de trabajo sistemática en favor de planteamientos relativistas. De esta manera se pierde toda posibilidad de sentido crítico, ya que se sirve de ese relativismo para hacerse de nuevo impermeables a la crítica (cada uno se desenvuelve en su reino de taifas con sus códigos y lenguajes particulares y excluyentes, de manera que en última instancia sirvan de barrera para frenar las posibles objeciones, aunque vengan de la mano de la evidencia). Frente a esta inclinación posmoderna creo fundamental entender como conocimiento crítico el que se genera a raíz de un procedimiento metódico y que por definición debe de permanecer siempre sujeto a la posibilidad de contrastación y sometimiento a prueba por unos y otros, independientemente de su condición y en situación de igualdad de condiciones para todos. Es decir, abierto en su sentido más amplio a la refutación y la crítica. En último término, y atendiendo a estas prácticas, creo que no puede haber nada más revolucionario que cimentar cualquier reivindicación o propuesta política no tanto en ideas preestablecidas sino en el conocimiento acumulado.

Sirva esto con la intención de hacer crítica constructiva del movimiento, y si se pudiera, para tratar de solventar posibles errores. No está escrito con ánimo de paralizar movimiento reivindicativo alguno, tan necesario en tiempos de tan magna injusticia. Pero los caminos fáciles no suelen llevarnos muy lejos. Y debemos entender que si se quiere una alternativa política sólida de izquierdas (a la vista está que se anhela en las innumerables y cada vez más extendidas expresiones cotidianas de descontento y desconfianza hacia el funcionamiento del sistema) ésta ha de resultar muy razonable, elaborada y accesible. Desde luego que no puede sostenerse únicamente en la emisión de lemas y lugares comunes que complacen a los escasos implicados de siempre en los movimientos sociales pero que a la vista está que no terminan de calar en el grueso de la población. Además de que en la medida que la alternativa que se proponga resulte menos lúcida únicamente se logrará facilitar a quienes tratan de sostener el status quo sus tareas de auto-legitimación, además de resultarles más sencilla la labor de descrédito hacia la posibilidad de un proyecto alternativo que en cambio podría ser más realista y ambicioso.



PD: A pesar de toda la crítica expresada no puedo dejar de mencionar un hecho de suma relevancia, y es que el sistema de bienestar social que impulsó las décadas de mayor prosperidad en occidente (de los 50 a los 70) y que desde entonces se ha ido desgastando de forma progresiva no surgió de la voluntad de unas personalidades políticas dispuestas en un arrebato de buena voluntad de dotar de concesiones sociales y un mayor bienestar a la ciudadanía. Muy al contrario surgieron un una época muy turbulenta y de fuerte conflicto social, sirviéndose de tales medidas con el fin de apaciguar ese clima de conflicto y así asegurar la paz social (y en última instancia sus intereses). Por ello no conviene menospreciar en ningún momento los posibles efectos de las movilizaciones, siendo en este sentido donde pueden jugar su papel más relevante; más en una época de crecimiento del conflicto social como la que nos está tocando soportar.

22 abr 2012

Michael Kiwanuka

Vamos a superar el obituario del gran Levon Helm con algo alegre y esperanzador. Que así es como resulta el primer disco de larga duración de este inglés de ascendencia africana. La música, en esencia acústica aunque con una amplia y cuidada instrumentación, merodea sobre una base de sonido folk. Una sección de viento con flauta incluida dota al sonido un carácter muy particular, suave y evocador. La voz gutural del protagonista hace el resto, aportando el carácter soul que termina de distinguir su sonido.


Solo tiene 24 años, así que con esta carta de presentación se perfila como promesa. Yo de momento sigo en las primeras escuchas, así que voy a aprovechar su música como hilo de fondo relajado para terminar las lecturas y deberes pendientes, y así poder valorar más adelante y con mayor criterio si estoy en lo cierto con esta primera impresión tan positiva.



19 abr 2012

Levon Helm


Nunca había sentido tanto la (previsible, ya que se encuentra en estado crítico) muerte de un desconocido. Pocos músicos me había generado tanta empatía como Levon, siempre entrañable tras la batería. También por saber valorar el legado de inmensa calidad que nos ha dejado, definiendo como nadie en la historia un estilo tan importante como el rock de influencia americana. Por supuesto con The Band, formando la mejor banda de acompañamiento de Bob Dylan y hasta en su posterior y larga etapa en solitario, solo frenada en el último momento y como consecuencia de la propia enfermedad.


Imprescindible ver The Waltz como ceremonia de despedida. Mucha gente coincide en que para que sucediera aquello se debieron alinear los astros. Scorsese lo filmó y dio forma a uno de los documentos musicales más importantes en la historia. Le sigue una muestra:


9 abr 2012

Pequeños detalles de gran calado

El entorno de por si era romántico. Estaba tomando una taza de té con aroma a crema en un local que ofrece cultura por partida doble: tanto en los estantes que rebosan de libros en cada una de sus paredes como en la gastronomía que ofrece este lugar de decoración cuidada (cafés, diferentes tipos de cervezas y vinos e incluso algunas tapas de sobra elaboradas y dignas para tratarse de una ciudad de segunda del norte de Europa). Entre tanto y tantas sonó una canción que me llamó poderosamente la atención. Pocas veces escucho algo que me entra a la primera, de forma decidida. Ante la cantidad ingente de flujos de contenido musical disponible hemos desaprendido a valorar bien sus cualidades, saltando de un botón a otro de forma apresurada y tratando de saciar nuestro deseo mediante indicadores cuantitativos. De hecho pienso que si hubiera sonado de forma aleatoria en una de tantas listas de Spotify u otro reproductor del ordenador quizá no le hubiera prestado la misma atención. Pero el ambiente era el propicio, y el caso es que me llevé una grata sorpresa. Qué grupo sería el que estaba haciendo esto y qué hacía yo que me lo había perdido hasta ahora. Necesitaba saber el nombre de este nuevo grupo que parecía que podía revolucionar mi panorama musical particular. Una propuesta contemporánea que parecía me podía entrar de lleno, como no es usual. La verdad es que rebosaba de ilusión. Adoro cuando la ocasión permite hacer gala de costumbres en peligro de extinción, como la de los descubrimientos y recomendaciones públicos y personales, por el boca a boca y oido a oido. El tiempo iba ya en mi contra, así que decidí acercarme a la barra y preguntar a uno de los universitarios que gestionan el local  por la autoría del hilo musical que entre tanto ajetreo estaba a punto de finalizar. Al investigar más tarde en casa sobre el nombre mencionado es cuando me llevé un pequeño chasco que reforzó mi autopercepción como clásico: nada de nuevas propuestas sino todo lo contrario, quienes sonaban eran unos viejos dinosaurios del rhythm and blues.


El momento era uno de esos en los que te recreas en los pequeños placeres. Que sueles degustar solo y hacia dentro a sabiendas de que difícilmente vas a poder compartir la emoción del momento. Creo que por eso es harto difícil, a pesar de los daños, separarse de alguien con quien has generado una conexión que te permite compartir lo que te sale de más adentro abiertamente y con franqueza. Por lo que creo también que toda relación humana en la que no se logra generar cierta conexión y confianza que permita compartir ciertas inquietudes está abocada al fracaso. De un tiempo a esta parte he caído en la cuenta de que cada vez dedico un mayor interés y esfuerzo a tal menester, ignorando progresivamente todo lo que puede distorsionar el resultado. Pero en este caso otro detalle más me hizo ver que este no podía ser, ni de lejos, el caso: cuando una de las compañeras de mesa se mostró tan extrañada por la curiosidad que me había suscitado una canción que difícilmente tendría hueco en cualquiera de las principales emisoras de radio o televisión. Nada excepcional, solo que me hizo hilar y pensar que era otro de tantos de esos momentos en los que te hacen sentir extraño. Empiezas sintiéndote de tal manera hasta que pasas a discurrir ya en frío que quizá la patología no reside en uno mismo sino que quien desarrolla la enfermedad puede ser el organismo social en que uno habita. Un organismo que genera normas y consensos que llegar a hacerte sentir también singular por decantarte usualmente por lugares como el Palenciano, el Melo´s o similares antes que por cualquier otra franquicia multinacional de cara factura en la relación calidad-precio. Cuando te llegas a sentir hasta intimidado cuando ves que se te exije una respuesta convincente con los motivos por los que uno ni tiene televisor ni le preocupa en absoluto el no hacerse con uno ni al corto ni al medio plazo. O porque la posesión de buen coche sea otra de las cosas que menos sueño te quitan. Cuando después de visitar toda una ciudad observas que a una de las compañeras de viaje lo que le preocupa realmente es la localización del centro comercial, que al parecer no ha visto. Y piensas en la manera en que gusta de invertir el tiempo de ocio y las posibilidades de desarrollo gran parte de los comunes, tanto de mi misma generación como de otras. Y te vuelves a sentir un perro verde, tantas veces contrariado. Aunque sepas que muchos de estos momentos también resultan reconfortantes.



21 mar 2012

La igualdad, y no ya tanto el crecimiento económico, como motor del bienestar


 Juro que no lo haré a menudo, pero de forma excepcional voy a dejar también por aquí algún enlace a escritos de temas aparentemente más serios (política, economía, sociedad, etc). Al fin y al cabo no es más que el reflejo de mi otra gran pasión. Para quien le pueda interesar:

13 mar 2012

Igor Paskual: el glam que viene de España

Caí en la cuenta de que este hombre había sacado material en solitario meses atrás. Y le di una escucha, pero no me llamó la atención y lo dejé relegado al enorme saco del olvido. Unos días atrás, sin recordar el motivo, he vuelto a caer en el artista, y al volver a darle una oportunidad esta vez si se ha ganado su hueco. Para poner en antecedentes, Igor fue miembro de la banda glam y de culto por excelencia surgida a mediados de los noventa en nuestro país: Babylon Chat. Dejó la banda en el 2002 para convertirse en uno de los Trogloditas de la banda de Loquillo, donde se ha curtido tanto a nivel compositivo como en tablas a un primer nivel. 

Uno de los clásicos de Babylon Chat

Igor con Loquillo y el resto de trogloditas

Ahora lanza su material propio en solitario. Letras sobre alcohol y excesos, amor y sexo, pérdidas y fracasos...  que dotan a su rock una distinción y toque glam. Es éste carácter precisamente el que puede dificultar hacerse a su música a la primera escucha, pero a medida que le brindas otra oportunidad enseguida descubrir canciones de muy buena factura. En conjunto considero que el disco tiene sus notables altibajos, con un contraste entre muy buenas canciones (Pierdo la calma, Chica de alta gama, Bebemos, La bahía) y otras que dejan más que desear. Sin embargo creo que puede servir como muy buen punto de partida a la carrera en solitario de quien puede terminar de afianzarse como icono del estilo en nuestra patria. 

Inevitable el recuerdo a unos maestros del estilo como han terminado siendo los chicos de Circodelia (Bebemos podría pasar como firmada por ellos, hasta es perfectamente imaginable la voz de Víctor sobre ella). Me sigo quedando con los madrileños, pero el material de este tipo del norte puede servir como buen inicio.

De esta no hay videoclip, pero al momento es mi favorita

Videoclip de Chica de alta gama, con la participación, entre otros, de Manolo Preciado

Videoclip de Bebemos, con otra importante ronda de colaboraciones

12 mar 2012

Rory Gallagher: tocando la fibra más sensible

"Ladies & Gentlemen... ¡Rory Gallagher!" Esa es la frase exacta que me introdujo al blues. Frase que abre el Irish Tour, disco que me agencié a ciegas, guiado únicamente por la buena impresión que me generó la apariencia de ese guitarrista de larga melena, chaqueta vaquera y stratocaster raída. Disco grabado en Enero de 1974 en varios de los conciertos de la gira que movió al artista por su patria natal, y que sirve a modo de recopilatorio con sonido en directo y varios de sus mejores temas firmados hasta la fecha. Si, ya había hecho mis pinitos en el estilo, hubiera sido difícil resistirse a escuchar algo de dinosaurios de la talla de Clapton, Gary Moore o alguno de los Kings. Pero fue éste quien logró cautivarme como ninguno otro lo había hecho antes. Y lo hizo gracias a ese blues-rock afable, que logra amenizar la ceremonia de aproximación al estilo de raíz para quienes veníamos con el oído acostumbrado a sonidos más saturados gracias al componente más rockero de su estilo. Ha sido en definitiva uno de los puentes que con mayor importancia me permitió ligar el mundo del rock a sus influencias más primitivas. A encontrar el sonido deseado en la calidez de las guitarras como efecto de la saturación de las válvulas de sus amplis; en lo rítmico y orgánico. Y a seguir echando la vista hacia atrás.
La influencia de este hombre en la música es impresionante. Su estilo ha marcado el de hordas enteras de guitarristas, entre los que me incluyo. Su mención siempre me ha resultado muy reveladora y práctica para hacerme a la (grata)  idea de los gustos del personal. Recomiendo casi toda su obra, desde su participación en Taste en la segunda década de los sesenta a su larga etapa en solitario. Aunque en ésta última reniego de parte de ella. En los setenta merecen la pena cada uno de sus discos. Es donde se encuentra su mejor material en bruto, discos entre los que destaco el Tatto, Calling Card o Photo Finish. Pero los ochenta le pasaron factura, tanto por la influencia (a mi juicio negativa) del sonido que impulsó tal década (caracterizado por las sobreproducciones, la tendencia a virar el sonido hacia otro más hard, más llamativo, efectista e impresionable pero menos sofisticado) como por el hecho de que se empezaban a hacer visibles los efectos de los excesos en su cuerpo. Así que resulta muy triste para quienes le idolatramos ver actuaciones y documentos suyos de su última etapa, viendo a un Rory que hasta la fecha su muerte (en 1995 como resultado de los problemas generados por el abuso de la combinación de alcohol y medicamentos) se iba vistiendo cada vez menos fino en lo musical y más grueso y torpe en lo referido a su forma física. Al margen de esto quedémonos con todo lo bueno que aportó este tipo tan entrañable en su vida y obra, que es inmenso.



10 mar 2012

Los Enemigos I

En este turbulento 2012, pocas noticias me han alegrado tanto como la anunciada vuelta a los ruedos escénicos de uno de los mejores (si no el mejor) grupo de rock´n roll de este disparate llamado España. Aunque si soy sincero la sensación de esta vuelta es agridulce. El “agri” viene de la percepción que siempre he tenido de Los Enemigos como de un grupo con principios inquebrantables, leales, honestos. Y esa percepción incluye la sensación de que cuando pusieron el punto y final realmente era eso: un punto y final. Que vuelvan ahora, sin material nuevo y diciendo que necesitan pasta (se agradece la sinceridad, pero hace rechinar un poco los dientes) hace que esa percepción se desvanezca un poco. El “dulce” viene, evidentemente, porque volveré a tener la oportunidad de ver en directo a un pedazo de grupo.
Valga este post ladrillístico (ya lo voy avisando) para desgranar disco a disco la carrera del grupo madrileño

Ferpectamente (1986) – Al principio fue el vino
La imagen que tenemos es que en los 80 en Madrid todo el mundo tenía un grupo. Y la imagen, yo creo, no va muy desencaminada. Josele Santiago no tenía un grupo pero quería tenerlo. Tocaba la guitarra y escuchaba discos de Dr. Feelgood. Se movía por Malasaña, se emborrachaba con su amigo Artemio y buscaba cualquier escusa para sacar a pasear su guitarra. Así comenzaron Los Enemigos.
Josele se movía por distintos locales de ensayo, prestando su guitarra a quien la solicitaba. Incluso hizo una gira con los cafres Glutamato ye-ye. Pero en su cabeza ya estaba formar su propia banda, muy probablemente porque las referencias que manejaba no se ajustaban mucho a los grupos imperantes de la época (el citado Dr. Feelgood, Sonics o Flaming Groovies eran algunas de las influencias)
Con la idea de que Los Enemigos despegasen, Josele apunto al grupo al Concurso de Rock Villa de Madrid. En ese momento Los Enemigos eran Josele (guitarra y voz), Artemio (batería) y Roberto (bajo). Inesperadamente llegan a la final del concurso (cuyo premio eran 300.00 pesetas y la grabación de un maxi) y el día de antes de tocar, Roberto se baja del barco. Se busca un bajista urgentemente y encuentran a un viejo conocido de Josele, un tipo llamado el “Botas” que ensaya una única vez los temas a tocar. Al día siguiente gana el concurso.
El maxi se graba en los estudios Duplimatic y contiene tres temas: Florinda, Dono mi cuerpo y Velardestrit bugui. Con el maxi debajo del brazo y gracias a los contactos nocturnos que se van fraguando en los garitos llenos de humo de Malasaña, Josele contacta con Paco Trinidad, productor del sello GASA. Gracias a la amistad con éste, los temas de Los Enemigos llegan a oídos de los capos del sello que les hacen un contrato por cinco discos. Los Enemigos tienen su primer contrato discográfico.
Ferpectamente sale a la calle en 1986. En la portada aparece ya el mítico porrón de vino que se convirtió en el sello reconocible del grupo durante muchos años. El disco se vende en las tiendas habituales y también en el bar Marcelino, sede social del grupo, en el que la oferta es irresistible: caña, tapa de chorizo y el disco de Los Enemigos por 1000 pesetas. El grupo está formado durante la grabación por Josele, Artemio y Michi, bajista que dura poco y al que se le empieza a buscar sustituto. El puesto recaerá finalmente en Fino Oyonarte, que en los años venideros se va a convertir en pieza fundamental.

Tracklist:
1. Fuagrás
2. Florinda
3. El ataque de los hombres Bruster
4. Dono mi cuerpo
5. Plis, plis mi
6. Tengo una casa
7. Jacobo que te adobo (Lacona)
8. Juan Valdés
9. Complejo
10. Velardestrit Bugui
11. Donde
12. La paella
13. Mátame camión
14. Grabielle

El disco ya tiene alguna de las señas de identidad del grupo: letras a medio camino entre el surrealismo y la poesía (en este caso una poesía burra, tabernaria, empapada de vino peleón), la contundencia de las guitarras y la característica voz de Josele.
Se trata del despegue del grupo, que empieza a ser conocido por algunos y al que cuelgan la etiqueta de rock de tasca, etiqueta de la que van a intentar desprenderse en los siguientes discos.
Un tío cabal (1988) – La máquina se engrasa.
La llegada de Fino a los enemigos resulta un revulsivo y un acicate para el grupo. En los años venideros se demostrará como el contrapunto perfecto a Josele: donde uno es reflexivo y callado, el otro el explosivo y dicharachero. Uno es el rock (Josele) y otro es el pop (Fino). Y de esa aparente contradicción se van a aprovechar los enemigos para crecer como grupo hasta convertirse en uno de los más importantes dentro del panorama español. Pero no adelantemos acontecimientos.
Estamos en el año 88. Los enemigos han publicado un primer disco que apenas ha tenido repercusión. Empiezan a preparar el segundo asalto, componiendo nuevas canciones, superviviendo como camareros o pinchadiscos, dudando a cada paso del futuro del grupo, pero con la seguridad que dan las canciones que van saliendo.
Durante la preparación del disco ocurre otro hecho que va a marcar de manera indeleble la marcha y el futuro del grupo: Artemio, miembro fundador junto a Josele, deja el grupo por la dificultad de hacer convivir el trabajo en un banco con la vida crápula de batería de un grupo de rock. Al menos esa fue la versión oficial. La extra oficial, que contaron sus protagonistas años después, fue que Artemio no era un batería demasiado dotado. Algo bastante común en bandas de amigos: todo comienza como un divertimento de fin de semana, pero a veces se llega a un punto en el que o se tira para delante con todas las consecuencias o se abandona. Artemio quería continuar un poco en plan amateur y Josele (porque en ese momento Fino aún no pintaba demasiado) quería dejar de pinchar discos en la Vía Láctea y poder vivir de la música. Así que Josele, después de unas cuantas copas de coñacs, le dice que está fuera. Y es ahí donde entra “Animal” Chema, que, a mi modo de ver, otorga al sonido enemigo otras coordenadas, otras texturas y otras (muchísimas) posibilidades.
Otro elemento fundamental para el futuro enemigo fue la creación de la nueva agencia de management por parte de su manager de toda la vida: Lalo. Lalo era amigo y compañero de piso de Fino. Había estado trabajando con grupos punteros como Los Ronaldos, pero cuando se quedo un poco cojo, empezó la nueva agencia de cero con los enemigos como únicos clientes. El futuro iba a demostrar lo importante que era Lalo para el grupo.
El disco se graba en los estudios Track de Madrid en Septiembre de 1988. Durante esta grabación ya no son los pardillos que han ganado un concurso y miran los botoncitos con los ojos abiertos. Ahora ya van sabiendo lo que quieren y además tienen mucho más tiempo para desarrollar todas las ideas. Se publica el 30 de Noviembre de ese mismo año 1988 y contiene diez temas:

1. Soy un ser humano
2. Un tío cabal
3. Sanchidrián
4. Boquerón
5. No protejas
6. Que bien me lo paso
7. Yo, el rey
8. John Wayne
9. No amanece en Bouzas
10. Afición

Canciones más maduras, más contundentes, con ese sentido del humor surrealista que tienen muchas de las letras de Josele, con los dobles sentidos y con las guitarras cada vez más afiladas. La maquinaria enemiga iba cogiendo velocidad y se volvería imparable en el siguiente disco.

25 feb 2012

Una imagen vale más que mil palabras


Tratar de explicar las emociones que puede arrancarnos la música teniendo esta foto entre manos sería una pérdida de tiempo. Todo un gentleman El Pinky.

El exceso de información y contenido como mal de nuestros días


El episodio del rápido desarrollo tecnológico en el que estamos inmersos de lleno también tiene sus notas negativas. Ha permitido que la comunicación fluya como nunca antes había sido posible, a una velocidad y en unas cantidades insospechadas. Además que ha posibilitado la creación de numerosos soportes en los que se puede compartir y disfrutar del contenido multimedia: información, música, cine, etc. Todo esto es, a priori y de forma indudable, muy positivo, ya que permite que el acceso a tales contenidos se universalice y resulte por ello mucho más accesible para el conjunto de la población.

Pero el exceso de información nos está jugando una mala pasada. Tenemos más música a nuestra disposición que nunca, sin que haga falta siquiera recurrir al caro formato clásico. Por descarga directa, por servicios en steaming, P2P y un largo etcétera. Escuchar prácticamente lo que uno quiera ha pasado a depender nada más que de un par de clics. ¿Qué problema puede hacer entonces? Que al tener tanto contenido a nuestra entera disposición nos convertimos en unos consumidores menos exigentes. Escuchamos más cosas que nunca, pero con una atención considerablemente menor. Escuchamos un poco de esto y enseguida saltamos a lo otro. Nos sobran estímulos y nos falta mucha capacidad de concentración y para la atención pausada. El hecho de poder manejar tanta variedad nos hace más inconformistas en el peor de sus sentidos: basta con prestar cierta atención a determinado artista para que enseguida te entre el antojo de pasar a otro, y así una y otra vez en un círculo ilimitado. Cada vez es menos habitual ponerse un disco y escucharle entero, dedicándole la atención que merece. Las consecuencias son desastrosas, ya que de esta manera no se puede conseguir apreciar tan bien toda expresión artística. Para extraer las sensaciones, significados y emociones que la música puede transmitir se requiere de una atención más profunda, que permita caer en la cuenta de la sutileza y los detalles que hacen que algo te marque y llegue dentro. Algo que difícilmente se puede conseguir con una atención superficial. 

Con todo, además nos hemos dedicado a desarrollar nuestra capacidad multi-tarea. Es cada vez menos habitual que alguien se ponga un disco con el único fin último de disfrutarlo. Muy al contrario esa ceremonia se ha reducido a mero medio, sirviéndonos como hilo ambiental para amenizarnos la realización de otra tarea. O lo escuchamos mientras hacemos otras tres cosas a la vez y en mente tenemos pendientes un par más, creando esa sensación permanente de deber insatisfecho. No es que lo diga yo, ya la cultura popular expresaba desde hace mucho que quien mucho abarca poco aprieta. Nos dedicamos a muchos menesteres, pero raramente ponemos el empeño y la atención suficiente en uno, incapacitándonos para hacer las cosas mejor y para poder extraer los mejores frutos. Nos creemos muy afortunados por tener disponible una cantidad ingente de contenido de todo tipo a nuestra disposición, pero no podemos llegar a serlo realmente si no aprendemos a gestionarlo con cierto criterio. Lo que más beneficio nos puede aportar no viene dado por cuestión de cantidad, sino de calidad. 

Y he hablado de la música porque es lo que aquí nos concierne, pero el ejemplo es extrapolable a cualquier otro ámbito, ya sea artístico o referido a la información y la política. Como todos, no es un problema sin solución. En la medida que somos conscientes de ello podemos hacer el esfuerzo de no caer en ese vicio y procurar una mayor atención a lo que nos traigamos entre manos. Soy el primero que debe tomar nota. Seguro que así el resultado es mucho más productivo.

Enlace a un artículo genial sobre el tema.

22 feb 2012

Thomas Wynn & The believers: una verdadera barbaridad

 Carácter puramente soul, con reminiscencias gospel. Electrificado y muy enérgico. Y por todo ello muy rockero también. A Thomas Wynn parece que se le sale el alma cantando, con una voz increíble. Y el resultado es una música natural como pocas. Que sale de muy dentro y va directa a las entrañas. Si el mundo de la música le trata con justicia estoy seguro que este hombre (o al menos su último trabajo: Brothers&Sisters) pasará a la historia como un clásico. Una verdadera barbaridad. Aquí dos muestras de su último trabajo, ideales para darle una oportunidad. Presten atención:




Por cierto, que se puede escuchar su último trabajo íntegro aquí: Brothers&Sisters

The music never stopped



Tengo una gran predilección por los dramas. Si encima están basados en hechos reales suelen marcarme más. Y si como éste, además están protagonizados por la música el resultado puede ser fulminante. Y es que hacía tiempo que una película no me conmovía y emocionaba tanto. Relaciones humanas y emociones a flor de piel, guiadas por el hilo musical de varios de los mejores clásicos del rock (Grateful Dead, Bob Dylan, Rolling Stones, Buffalo Springfield, Beatles y Crosby,Stills &Nash).

13 feb 2012

Una píldora relajante

No suelo tener siempre las cosas claras. De las pocas quizá ésta sea una, así que aconsejo de forma decidida: y es que conviene sospechar de quienes muestran una seguridad total en sus planteamientos e ideas. Todos podemos estar en posesión de la misma en algún momento, bajo supuestos concretos y diferentes. Me refiero a la especie en alerta de expansión de quienes la expresan casi siempre, bajo cualquier premisa. Lo único que puede denotar tanta certeza es el hecho de ésta se funde en profundos prejuicios, ideas preconcebidas que otorgan a uno la razón de forma inequívoca e irreflexiva. No nos engañemos, el hecho de expresar dudas no es siempre síntoma de incapacidad, sino que bien al contrario puede ser una manifestación de espíritu crítico: el de quienes gustan de elaborarse un juicio fundado antes que arremeter con gesto altivo. Pero eso, al fin y al cabo, requiere de un esfuerzo considerablemente mayor.


Para todos estos decididos, de una orilla a la otra. Por quienes tragan sin valor para cuestionar sus colores. Por quienes confunden el valor del espíritu crítico con el hecho de ser unos criticones. Para que se relajen:

12 feb 2012

El blues y el folk como relato de la historia norteamericana

Una música tan profana como el blues no puede resultar elitista, aunque ahora lo parezca. Pasa que el acceso a la misma está hoy muy restringido (los medios no hacen eco de algo así), y solo llegan a ella quienes después de escuchar y disfrutar de toneladas de música moderna mantienen la curiosidad por saber cuales son las raíces de ese sonido, el germen del que proceden los sonidos más cercanos. Al principio resulta duro hacerse al estilo, ya que su sonido primigenio era muy rudimentario y repetitivo. Con los años se puso a coquetear con el rock, dando forma a un sonido mucho más accesible. Sin ánimo de generalizar (ya que bien hecho es de los estilos que más me llenan), pero pasa que en este proceso muchos han terminado concibiendo el estilo como una pista libre para que guitarristas e instrumentistas pudieran de forma continua sobre una base de doce compases que se repite una y otra vez. Un estilo mucho más llamativo y virtuoso, pero que en muchos casos dejaba el feeling y la riqueza armónica aparcados en un segundo plano. 

A parte del sentido puramente musical es apasionante ver la manera en que el blues y el folk americano están ligados a la propia historia de los Estados Unidos. Estudiando el desarrollo musical norteamericano se puede entender mucho mejor la evolución social y política del país. Empezando porque es un estilo que surgió en el sureste de los EE.UU con la llegada de inmigrantes provenientes del continente africano. Estos se dedicaron a trabajar sobre todo en los campos de algodón en condiciones de esclavitud, encontrando la única vía de expresión y escape en el hecho de poder cantar sus penas acompañados de una guitarra, casi de forma hablada. Luego la población negra emigró del ámbito rural del sur a ciudades del norte en busca de mejores oportunidades y condiciones de vida. Es al llegar a grandes ciudades como Chicago y contar con suministro eléctrico cuando enchufan sus guitarras y hacen evolucionar el estilo hacia otro con mayor presencia y en el que los cantantes se hacen acompañar de bandas al completo. En este contexto se genera una mezcla de culturas muy importante, al encontrarse los inmigrantes negros sureños con otros provenientes del continente europeo. Seguía siendo en su mayoría una música producida por y para la población negra, por lo que su estatus en la época se mantenía en un nivel muy bajo. Hasta que a los chicos blancos les dio por hacer sus pinitos en el estilo e imitar lo que hacían aquellos negros. Es entonces cuando surge (con el rhythm&blues como predecesor) el rock´n roll, una nueva vertiente de su sonido más acelerada y con un ritmo pensado más para la diversión y el baile. El surgimiento de este estilo fue un acontecimiento extremadamente revolucionario, ya que suponía una bocanada de aire fresco en una sociedad profundamente conservadora y llena de complejos. De forma paralela y manifiesta la población negra seguía sufriendo la discriminación de un país tan racista como lo era en la época. De la mezcla de blues y el gospel, aquellos cantos espirituales que se cantaban en las iglesias evangelistas del sur, surge el soul. Su espíritu religioso de base les llevaba a reivindicar causas en pro de una mayor justicia social, de unas mejores condiciones de vida y por el logro de mayores derechos para la población negra excluida, convirtiéndose el mensaje en un elemento esencial del estilo. Es por eso por lo que estuvo tan ligada al surgimiento de a los movimientos en pro de los derechos civiles liderados más tarde por figuras como la de Martin Luther King. Al final resulta que la expresión a través de la música fue la semilla que impulsó el estallido de uno de los cambios sociales más importantes del siglo XX.
Así que ya saben, si alguien quiere hacerme feliz no tiene más que organizarme un viaje a esa tierra. Bien podría ser un recorrido por la ruta 66 o una estancia en un ciudad como Nueva Orleans, crisol en el que convergieron y convivieron en perfecta armonía las dos vertientes principales de la música de raíces: el blues y el jazz. 

PD- Justo leo hoy esto, y es que han digitalizado y dispuesto de forma gratuita en la red el impresionante archivo fotográfico, de audio y vídeo sobre música popular de todo el mundo que un antropólogo recopiló durante décadas. 

8 feb 2012

Una de las partes más importantes de la banda sonora de mi vida: Quique Gonzalez


Este hombre lleva años actuando como la mejor compañía en días tan tristes como el de hoy. De mi y seguro que de otros tantos, aunque el no lo sepa. Quizá no sea la mejor medicina, aunque no me engañen: todos, en mayor o menor medida, tenemos adquirido ese hábito un tanto masoquista por el que gustamos de regocijarnos en nuestra miseria en los momentos más bajos. Así se dificulta mucho la necesidad de levantar el animo, a decir verdad, pero quizá sea también necesario estremecernos de vez en cuando. Alguna razón debe existir que justifique una actitud aparentemente tan irracional. Aunque renunciemos al placer instantáneo, aunque despreciemos por un momento el sentido puramente hedonista, estoy convencido de que por otra parte puede ayudar a conocerse mejor a uno mismo. A desflorar sensaciones y emociones que de otra forma costaría tanto extraer, y en consecuencia, jamás llegaríamos a entender. Llegados a este punto nos damos cuenta que esta labor tan necesaria debe conllevar una gran complejidad. Cuando la alegría nos desborda somos mucho menos exigentes. Nos basta con el primer ritmo sincopado que oímos o con  la primera estrofa mínimamente coreable que escuchamos para dar rienda suelta a nuestro entusiasmo. Nos volvemos más conformistas, bastándonos con menospreciar todo elemento que pudiera interponerse entre uno y su ambición. Es en cambio en las horas bajas cuando nos volvemos mucho más quisquillosos; cuando resaltamos la importancia del detalle. Ese momento en el que son las sutilezas las escriben los titulares. Tanto en la calle como en las canciones. Y en esta categoría, para mi, Quique ha llegado al nivel de maestro. 


Lo consigue con una música de autor que ha puesto siempre sus miras en los grandes referentes de la canción pop-rock española, pero que ha tratado de reorientar a través de la fuerte huella que le ha dejado la música popular norteamericana. Sin dejar de lado nunca, aunque permanezca de forma latente, una actitud rockera que acompaña todos sus movimientos. Es toda esta simbiosis la que le permite distinguirle a pesar de no hacer nada extraordinario. Allá por el 2007 descubrí el Ajuste de Cuentas (en Spotify). No recuerdo haberme quedado tan prendado de ningún otro sonido nunca. En su día me resultó un mundo nuevo, abriéndome los oídos a una gama de sonidos más ligera e influenciándome notablemente en mis gustos. Creo que para iniciarse puede ser su mejor disco, ya que en su día sirvió a modo de recopilatorio en directo, por lo que alberga muchos de sus grandes temas con un sonido de directo extremadamente cuidado. 

Os dejo, simple y llanamente, con una de las partes más importantes de la banda sonora de mi vida: 


7 feb 2012

The Right Ons

Vuelvo para reivindicar otra banda española. Ésta que voy a tratar ahora no solo sigue en activo, sino que está en plena ascensión. Son de lo mejorcito del producto nacional bruto surgido en los últimos años, aunque de oídas no parezcan sacados de nuestro país. El rock que practican no es común en estas latitudes, asemejándose más al sonido que suelen producir bandas anglosajonas. De hecho están ya muy rodados en el extranjero (habiendo visitado Europa, Japón, Latinoamérica y EE.UU en varias ocasiones), mientras que aquí no han obtenido aún todos los frutos de su cosecha. Puede (y parece) que es con el nuevo trabajo que están ya presentando por toda la geografía nacional con el que pueden consolidarse como referentes de la escena patria.
Van sobrados de actitud, y calidad tampoco les falta. Eso aparte de la juventud y frescura que aportan. En Get Out (en Spotify) se desenvuelven en su onda más rockera, mientras que en los dos anteriores, sin dejar de lado la misma, se les notaba más el deje negro, con numerosas reminiscencias funky y soul. Así que son muchas las ganas de verles en directo, ya que he oído y leído de forma continua que se desenvuelven de maravilla sobre el escenario, con un sonido muy logrado y una presencia muy enérgica. Una prueba de lo importante que resulta la actitud a la hora de practicar esto del rock.